Hace casi un mes cumplí años y mi hija y su novio me regalaron una
tablet.¡Cómo me quieren!.
Un aparato
precioso y además sencillo porque es de manejo intuitivo... si conservas la
intuición o la has tenido alguna vez. Yo he llegado a la conclusión de que no
tengo nada de intuitiva, pero bueno, durante este mes de pelea con el aparato
empiezo a conseguir que el teclado se quede donde tiene que estar
mientras la manejo, cerrar las tareas que tengo abiertas dando en la doble
ventanita para que el aparato esté rápido, saber dónde están los
escritorios.... bueno que al final sin intuición la voy a vencer, ¡no
sabe la pobre tablet con quien se la juega!.
Total
que necesitaba una funda y además la quería con soporte y que pudiera
guardar el cargador y el cable para cuando me la lleve por ahí.
¿Sencillo?. No.
Ha sido una locura y te aconsejo que
no la intentes a no ser que tengas como yo, un gen de cabezonería en
grado máximo. De hecho las venden monísimas y no merece la pena tanto
quebradero de cabeza a no ser que te veas a bocado a realizar la funda por ese
puñetero gen.
Pensé en hacer una entrada explicando como la he hecho, pero os tengo cariño y por lo menos a mí me ha resultado tan complicado que no os lo aconsejo.
Lo del bolsillo para el cargador ha quedado muy cómodo y los velcros lo sujetan muy bien a la funda de la tablet.
De todos modos, como por el mundo, seguro, que lo de mi gen lo comparten más seres humanos te cuento que el cartón es de un viejo archivador y en la foto de abajo ves como se colocan los cartones.
El lomo de la funda hace juego con el cartón cortado. El cartón completo queda en el interior y sobre el descansa la tablet. Es donde se colocan las gomas de sujeción para la tablet
La foto superior te lo puede aclarar mejor.
Además de lo lioso que fue el forrar la funda, para que no se note el cartón cortado que queda en la cara superior, metí un poco de guata y lo lié un poco más.
Pero lo conseguí y estoy de lo más orgullosa, ¡en las que me meto!.